18 octubre 2011

MÉXICO, un país que merece la pena

México es el 11° país más habitado del mundo con una población de más de 111 millones de
habitantes y el segundo país con mayor población en Latinoamérica.

A nivel demográfico, mientras la esperanza de vida de la población mexicana se ha visto aumentada drásticamente en los últimos años, las tasas de natalidad han ido decreciendo paulatinamente, lo que ha generado el único e irrepetible “Bono Demográfico” en el que, durante 10 años, la población entre 15 y 64 años duplicará a la población que no se encuentra en edad de trabajar.

México dispone de una economía diversificada, importantes recursos naturales y sólidas finanzas públicas; aunque existe una tendencia alcista generalizada del sector servicios en detrimento, sobre todo, del sector primario (agricultura, caza y pesca), mientras que el sector industrial queda estancado por el avance tecnológico que favorece la disminución de la mano de obra en este sector.

El mercado laboral se adapta a los ciclos económicos gracias a la economía informal (oportunidad no atendida, con baja bancarización). Adicionalmente, está emergiendo una clase media productiva con incremento de su poder adquisitivo. En 2008, el 10% de la población más rica del país disponía de casi el 35% de la riqueza total, con ingresos mensuales por encima de $35,000 MXN. Sin embargo, este efecto se está revirtiendo poco a poco debido a la incipiente escalada de la clase media y media baja y a su tendencia alcista en contraposición a la clase alta.

México es la 11° economía más grande del mundo, la octava si se considera a la Unión Europea como una sola entidad y representa 1.9% del total de la economía mundial. Está en el lugar 82 del PIB per cápita, no obstante, comparado con los 20 países más poblados del mundo México ocupa el 5° lugar.

Gracias al cambio democrático en México, el fortalecimiento de su economía y la creciente clase media, han obligado al país a reevaluar su posición en el mundo.

En relación a las finanzas públicas, México en general, presenta finanzas sanas: inflaciones de sólo un dígito, Tipo de Cambio flexible, Investment Grade, Banco Central independiente y Reservas Internacionales superiores al 60% de la deuda externa.

En cuanto a la inversión extranjera directa, México emergió como la segunda mayor economía
en Latinoamérica y es destino principal de la misma región, siendo México el sexto país que más inversión española ha recibido desde 1993 y representando en 2009 más del 60% de la inversión en México.

El país tiene grandes expectativas de crecimiento en el corto plazo, quedando potenciado por el gran tamaño de su mercado así como sus relaciones con el exterior; sin embargo, precisa de:

1. Fuerza laboral competente que responda a los retos competitivos del presente en un
mercado flexible y con mayores inversiones en innovación.

2. Instituciones confiables y que refuercen una economía de mercado libre bajo unas
reglamentaciones equitativas y sin prácticas corruptas que permitan la recaudación
eficiente de recursos para invertir en infraestructuras.

3. Una menor dependencia del petróleo para lograr una mayor estabilidad macroeconómica.




Al hablar de mercado laboral, en México encontramos una mayor disponibilidad de mano de
obra por más tiempo y más barata en comparación a países desarrollados. Los costos laborales registran un crecimiento mayor al de la economía del país, y este comportamiento no se refleja en un incremento en la productividad, ya que ésta tiene un crecimiento de 2.5%, contra 5.2% del comportamiento de los salarios.

El costo fiscal y operativo de un empelo formal es muy alto, por esto, la mayoría de los empleos surgen en el sector informal y representan casi el 69%. Los trabajadores afiliados al IMSS son el 26% de la fuerza laboral, y los trabajadores al servicio del Estado representan el 5% restante. 

Si bien es cierto que en los últimos años aumentó el número de mujeres económicamente activas así como la cifra de mujeres en cargos públicos, la desigualdad de género es muy alta; las mujeres son las peores remuneradas en comparación con otros países latinoamericanos y menos de la mitad en edad laboral trabajan en un empleo formal. De hecho, la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) señaló a México en 2010 como el país latinoamericano con mayor desigualdad de género. La mujer mexicana, aunque avanzando a pasos ligeros, sigue dedicándose al trabajo doméstico en detrimento del trabajo económico.

A nivel de educación, aunque el país casi ha alcanzado la universidad en las tasas de escolaridad primarias e invierte fuertemente en este rubro (5.3% PIB); la calidad de la formación, así como la preparación en educación superior en México, todavía tiene mucho recorrido por delante, pues se sitúa en el lugar 116° en comparación con 134 países del mundo. En el año 2004, menos del 18% de los mexicanos entre 25 y 64 años, había realizado algún tipo de educación superior.



De entre los mexicanos que se gradúan en la universidad, estos tienden a obtener títulos en
ciencias sociales, derecho y servicios profesionales (43.6% según OECD en 2002). Sólo un 13.9% recibe título en ingeniería.

En contraposición, México merece especial reconocimiento por su nivel de calidad en las escuelas de negocios, situadas en el puesto 53 en el ranking de las mejores escuelas de negocios del mundo.

En relación a la situación macroeconómica de México, la mayor parte del PIB mexicano proviene de la producción para consumo interno (71%), seguida por las exportaciones (29%), la inversión (23%) y el Gobierno (11%). Las exportaciones representan 33% del PIB y éstas aumentarán en 2010 más del 16%, más del doble del incremento de las importaciones, mientras la demanda externa lo hace casi al 20% de incremento.

En los últimos 20 años, México ha generado importantes reformas desde la liberalización y la
apertura de la economía a la estabilidad macroeconómica.

El PIB mexicano creció exponencialmente hasta principios de los ochenta. La crisis del petróleo en 1982 desaceleró la economía de manera considerable. Después de 1988, México recuperó una trayectoria de crecimiento; sin embargo, en diciembre de 1994, un desajuste en la balanza de pagos llevó de nuevo a una recesión severa.

Para julio de 2010 las reservas internacionales presentan un máximo histórico de 101,7 millones de dólares. Tal aumento de reservas puede haber provocado la estabilización del tipo de cambio y la no apreciación respecto al dólar, lo que promueve la mayor competitividad del país. El tipo de cambio se ha movido principalmente entre 12 y 13 pesos por dólar durante el 2010, después de que en 2009, la devaluación había llegado al nivel de más de 15 pesos por dólar.

A nivel fiscal, el sistema tributario mexicano presenta grandes retos:

• Extender la estrecha base fiscal que existe a través de la inserción de la población en el
mercado laboral formal y a través de la racionalización del sistema tributario.
• Reducir las desigualdades a través de tributos distributivos y progresivos de ingresos, ya
que actualmente sólo se reduce un 2% de desigualdad gracias a esta medida.

Los ingresos tributarios comprendían en México en 2004 alrededor del 12% del PIB, una cifra muy alejada de la media de la OECD (36%) e incluso más baja que el promedio de países latinoamericanos (17%). Después de las reformas fiscales aprobadas en 2007, se pretende aumentar hasta en 2% más del PIB los ingresos tributarios a lo largo del periodo 2007-2012.

La inflación, aunque ha aumentado en un 55% respecto a diciembre de 2009 por presiones
de ofertas (energéticas y fiscales), su impacto será mitigado por el ciclo de baja demanda y la
apreciación del tipo de cambio. Estas presiones inflacionarias se concentran en mayores costos tributarios al consumo (IVA) y a la producción (IEPS e ISR); mayor ritmo de incrementos en precios energéticos para alinearlos a sus referencias internacionales; y una mayor contribución inflacionaria de componentes agropecuarios.




En cuanto a los tipos de interés, dado que es muy probable que las expectativas de inflación se mantengan ancladas por la ausencia de presiones de demanda y por la continuación de salarios reales negativos; Banxico deja claro que las tasas de interés se mantendrán en una pausa monetaria prolongada y que el detonante del inicio de un ciclo de subida para que converja gradualmente la tasa de referencia con su nivel neutral, será la velocidad en la que la inflación incremente.

El desempleo en el país a lo largo de esta recesión ha tendido a reaccionar más en este ciclo que en ciclos previos, lo que muestra la flexibilidad y mayor capacidad de adaptación de la economía mexicana. Además, si bien la población ocupada (bajo esquemas de empleo remunerado y subordinado) que representa el grueso de los ocupados en torno al 65% cayó en términos absolutos desde el último trimestre de 2008. La variación anual en el número de trabajadores independientes ocupados en el sector informal sin prestaciones laborales, aumentó con la caída de la actividad y tenderá a disminuir con su crecimiento. Ello evidencia la existencia de flexibilidad en el ajuste de la cantidad de empleo que proporciona el mercado laboral, lo que contrasta con comparaciones internacionales de legislación de protección al empleo, en las que México se ubica entre los países con mayor grado de regulación formal del trabajo.



CONCLUSIONES:

Instituciones: La debilidad de las instituciones ha reducido la capacidad del país de tomar
todas las ventajas de la liberalización económica.
Infraestructura: El país necesita invertir un 6% de su PIB para llegar a los niveles de Korea
y China.
Estabilidad Macroeconómica: México alcanzó el “Investment Grade” gracias a la calidad
del entorno Macroeconómico.
Educación Superior: Deben adoptarse OECD estándares de aprendizaje para conseguir un sistema educativo superior más competitivo.
Eficiencia mercado de productos: México debe seguir con las políticas de liberación de
mercados para conseguir mayor eficiencia en productos y servicios.
Eficiencia mercado de trabajo: Falta de reformas estructurales que eliminen rigidez al
sistema y permitan colocar la fuerza de trabajo según las necesidades productivas reales.
Preparación tecnológica: Se precisa mejorar los estándares educativos e impulsar una
política centralizada de innovación en empresas así como mejorar las infraestructuras en
Tecnologías de la Información (TI).
Tamaño de mercado: El gran tamaño del mercado nacional se ve potenciado tanto por
las exportaciones como por los tratados de libre comercio que expanden todavía más el
mercado.
Sofisticación del mercado financiero: Alta recuperación del sistema financiero tras la
inestabilidad y las crisis del pasado aunque todavía tiene camino por recorrer.
Sofisticación de los negocios: El sector empresarial mexicano se encuentra a niveles
bastante sofisticados aunque le falta llegar a niveles de mayor eficiencia e innovación.
Innovación: Siempre ha sido una debilidad en Latinoamérica y México no es una
excepción. Hay muchos puntos débiles por reforzar a nivel de inversión e innovación.



Por Lorenzo Joya Seijo
Presidente y Director General,
International Business Solutions








International Business Solutions


Somos una Firma de Consultoría de Estrategia y Operaciones especializada en soluciones de incremento de valor y competitividad. Diseñamos e implementamos mejoras significativas en la Estrategia, los Procesos-Operación, la Gestión y la Organización de nuestros Clientes.

Con una trayectoria de 15 años implementando una amplia gama de soluciones de generación de valor para empresas comerciales, financieras, industriales y de servicio tanto en el sector privado como en el sector público, situándonos como empresa líder en el mercado.


International Business Solutions
Ejército Nacional 418
Despacho 408
Col. Chapultepec Morales
C.P. 11570
Teléfono: 52541371
Fax: 52551371
Contacto: marketing@ibs.ws
Página Web: http://www.ibs.ws

No hay comentarios.: