18 octubre 2011

Navegar sin barco: compra versus renta

Si alguna vez pensó en iniciarse en la navegación (veleros y yates 40’ en mar) y ante la falta
de una embarcación propia descartó la posibilidad de navegar, piense que quizás la compra no sea la única y mejor opción. Siga leyendo y quizá cambie de opinión.


La idea de que es preferible navegar con un barco propio está bastante extendida, sobre todo
considerando el estado en que se encuentran muchas de las embarcaciones disponibles para
renta. Pero esto es completamente falso: existe una industria importante de renta cuyo
mantenimiento sería la envidia de muchos.


Por otro lado el costo sería lo primero en lo que habría que pensar pues, efectivamente, adquirir este tipo de juguetes para adultos no está al alcance de todos. Por ello, si no nos podemos —o no nos queremos— desprender del capital requerido, la opción de renta nos proporcionará - practicamente- las mismas satisfacciones que la opción de compra.


En este rubro se necesitan amarres, refacciones, seguros, limpieza y, sobre todo, tiempo para
gestionar todo lo anterior. Para quienes gusten de tratar a su embarcación como un hobby y
dedicarle todo el tiempo y cariño, lo anterior puede resultar asumible y hasta un agradable
entretenimiento; no obstante, quienes no dispongan de ese tiempo deberán contratar a un
tercero para que realice los cuidados.


Por otra parte, se tiene mayor confort en una embarcación propia sólo si se dispone de alguien que se encargue de toda la puesta a punto; de lo contrario, la mejor opción es la renta, dado que ésta permite bajar del avión y encontrarse el barco en perfecto estado, además de que serán otros los que se encargarán de su limpieza y puesta a punto una vez finalizado el viaje.


Cuando se adquiere una embarcación habitualmente se suele navegar por una misma zona
(por supuesto, hay excepciones con base lo lo abultada de nuestra cuenta de cheques); no
obstante, si deseamos navegar un año por el Caribe y otro por el Mediterráneo será mucho
más conveniente optar por la renta, la cual nos aportará esta flexibilidad.


No es lo mismo invitar a amigos y clientes a un hermoso yate propio que rentado... ¿o sí?
Ciertamente, nuestros invitados quedarán igualmente satisfechos de ser invitados a un paseo
en yate o velero de buena eslora, así que es cuestión de planteárnoslo antes de realizar un gran desembolso.


En conclusión, cada quien habrá de informarse al máximo e identificar qué es lo que más le
conviene, dado que, por supuesto, ninguna opción es mejor per se que la otra. Así, todo dependerá de lo que cada navegante busque; lo más prudente será tomar un tiempo para
meditar la acción que habrá de realizarse...


C. Santiago Durán Roca
Patrón de Yate - MM Mexicana y DGMM España
Más información en www.travelandnautics.com

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